Permitid que ponga faltón y prepotente, pero leer textos tan desacertados como el que ocupa el propio cartel de bienvenida al parque me resulta sangrante. Que un texto que debería de haber pasado el control del ayuntamiento no tenga el menor rigor me cabrea. Que mienta, cayendo en las leyendas urbanas que ayudan a crear una auténtica realidad paralela del Pasatiempo, es no ser fiel a la realidad. Una historia que hizo del Betanzos de comienzos del siglo XX protagonista de una curiosa historia de indianos, filántropos, lucha en pro de la modernización de un país y búsqueda de una utopía que los ideales y principios de los García Naveira grabaron en cada una de sus obras y proyectos. Por todo ello, permitid que me ponga grosero.
Ahí os va el cartel con las debidas correcciones.
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