Para comprender bien lo que aquí analizaré es recomendable ver las entradas del blog en donde presento unos mapas del parque, así como el resto de entradas en que he ido desgranando cada rincón del mismo.
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Hemos acabado de visitar todos los rincones exteriores del parque, realmente no, me explico. He querido dejar para el final las profundidades del Pasatiempo, es decir, sus cuevas y grutas. Pero antes de adentrarnos en sus entrañas debemos de mirar para arriba, revisar los muros de cierre del parque y observar ciertas estatuas.
(Parte 55) Esfinges, leones, ciervos y águilas. (Estatuas en la coronación de los muros)
ESFINGES
LEONES
«EL PASATIEMPO»en los ojos deLOTY (1927-1936) de Juan Antonio Rodríguez Arnao
«EL PASATIEMPO» visto por Vega en 1947 de Juan Antonio Rodríguez Arnao
Como decía, los muros que cierran la parte alta del parque contaban con ciertas estatuas que a menudo pasan desapercibidas. No solemos prestar la atención debida a los muros que no tienen relieves y ahí se esconden (o escondieron) las diez esculturas (dos metálicas y ocho de hormigón) de las que hablaremos en esta entrada.
ESFINGES
Coronando el muro situado al este, el que separa la parte alta del parque con la Avenida Manuel Fraga Iribarne, tenemos las enésimas referencias clásicas. Hubo en este cierre nada más y nada menos que cuatro Esfinges (monstruo alado con cabeza y pecho de mujer y cuerpo y extremidades de león). Por desgracia hasta nuestros días tan sólo ha llegado parte de una, la pata de otra y nada de las otras dos. Eran una solución decorativa en hormigón, situada en los cambios de altura que sufría el muro que separaba el parque del antiguo camino del Carregal.
Fotografía de la familia García Iribarne tomada el 15 de marzo de 1910 frente a la Esfinge de Guiza, detrás se ven parte de las tres pirámides de Guiza, Keops, Kefren y Micerino. Sobre los dromedarios podemos ver, de izquierda a derecha: Juan García Naveira, María Iribarne Lascort y Águeda García Iribarne.
La imagen superior nos presenta a la familia frente a la más célebre esfinge, la Gran Esfinge de Guiza. Tumbada y apoyada sobre sus cuatro patas, presenta un aspecto semejante al de las cuatro esfinges del Pasatiempo. Pasemos a situarlas, el muro donde se ubican va de norte a sur, las iremos "visitando" justo en ese sentido, de norte a sur.
Esfinge 1:
Se ve perfectamente desde la rampa de acceso al parque, a mano derecha. No queda ni rastro de la esfinge.
Esfinge 2:
Cercana a una de las dos puertas que conectan el parque alto directamente con la carretera, es decir, con el antiguo Camino del Carregal. Es la que mejor se conserva, podemos ver su cuerpo y las cuatro patas apoyadas en su pedestal. Bueno, podemos siempre y cuando cojamos cortada a la hortensia que siempre la oculta.
Esfinge 3:
El pedestal está completamente vacío. Sólo quedan restos de los adornos que lo rodeaban. Situada frente al Estanque del Retiro. De nuevo tenemos una planta que nos impide su visión muy a menudo.
(Fuente: googlemaps)
El pedestal está completamente vacío. Sólo quedan restos de los adornos que lo rodeaban. Situada frente al Estanque del Retiro. De nuevo tenemos una planta que nos impide su visión muy a menudo.
(Fuente: googlemaps)
Fotografía antigua donde podemos ver la esfinge 3
Esfinges 4:
Por último tenemos otro soporte casi vacío, apenas quedan restos de una de las patas delanteras, pero vemos en un lateral algo nuevo respecto a las otras figuras, parte de lo que parece el vaso de lo que podría haber sido una fuente.
LEONES
De nuevo nos encontramos con una pareja de leones. Mucho más pequeños que los famosos de la entrada principal y que actualmente están protegiendo la entrada del Santuario de Covadonga (Asturias). En lugar de mármol de Carrara, están fabricados en hormigón.
León puerta sur:
El primero se encontraba encima del muro de España monárquica y sus 18 hijas republicanas, en el extremo sur de dicho muro, sobre la puerta que daba acceso al parque por esa zona y que todavía hoy existe. Desconozco cómo y cuándo desapareció. Podemos ver el León en las tres fotografías que aparecen a continuación.
Postal
PASATIEMPO-BETANZOS.
11. Vista suerior de la huerta.
Apenas lo vemos, pero podemos llegar a adivinar cómo era contemplando el otro león ya que seguramente fueran construidos a partir de un mismo molde.
León muro norte:
El segundo rey de la selva está sobre el muro norte que delimita el parque con una finca vecina. Éste todavía existe, aunque gracias a la dejadez municipal pasó gran parte de las dos primeras décadas del siglo XXI oculto tras la maleza.
Se sitúa sobre un pedestal apoyado en el extremo del muro que da a la Avenida Manuel Fraga Iribarne. La cabeza del muro está revestida de cantos rodados, forman una columna sobre la que apoya, a modo de capitel, un jarrón con una planta.
Bajo este conjunto hubo algo más, actualmente quedan restos de dos formas elípticas de hormigón. Además, entre esos volúmenes de hormigón, hay un par de azulejos cuadrados, como los vistos en otros rincones del parque.
CIERVOS
En la terraza del León Colosal tenemos, a ambos lados, sendos muros, coronándolos se encuentran dos ciervos. De nuevo el material es el hormigón.
Del artículo «EL PASATIEMPO» en los ojos deLOTY (1927-1936) de Juan Antonio Rodríguez Arnao (Anuario Brigantino 2015, nº 38), obtenemos una fotografía que nos permite ver a uno de los ciervos tal y como está actualmente (es decir, en 2016), sin cuernos. Podemos afirmar que el parque ya sufría deterioros, fueran causados por lo que fueran, desde hace muchos años.
Gracias a una de las geniales imágenes de la familia Silva, pudimos saber, por fin, cómo eran la cornamenta original de al menos uno de los ciervos.
Observamos unos cuernos grandes y muy llamativos. Nada que ver con lo que se recreó en la rehabilitación del parque.
La presencia de un ciervo fue sustituida por unos pequeños cuernos de otros tipo de herbívoro.
ÁGUILAS
Hasta hace bien poco no sabía nada de la existencia de estas aves en el parque. Gracias al artículo «EL PASATIEMPO» visto por Vega en 1947 (Anuario Brigantino de 2016), obra de Antonio Rodriguez Arnao, hemos conocido a estos viejos habitantes del parque. Si bien el resto de esculturas analizadas en esta entrada estaban hechas en hormigón, ahora el material elegido era el metal. Al menos eso parece dado el nivel de detalle alcanzado en las figuras, imposible en hormigón.
Águila muro sur:
En las fotografías del artículo vemos esta dos fotografías sorprendentes.
Una vez situada, el cervatillo de la segunda imagen nos da pie a saber que estamos en la terraza del León Colosal, buscamos en otras fotografías, para ver cómo pudo "escapársenos" este nuevo animal. Si hasta 1947 estuvieron en el parque, tendrían que aparecer, a la fuerza, dado que estamos en uno de los lugares más fotografiados del parque.
Curiosamente, y debido a una cuestión de ángulo, de dónde se situaban fotógrafo y gente que posaba al lado del león, salvo en esta imagen, en ninguna otra imagen que poseo se inmortalizó el Águila. Pero en esta, no cabe duda, vemos, sobre el lomo del león, las alas que nos delatan la presencia de tan preciosa ave.
Águila muro oeste:
Revisando fotografías, y en medio de los colosos en piedra, cuyo uso de pedestal, cambia en gran medida lo que de ellos sabíamos, vimos algo muy peculiar. Por desgracia la imagen no tiene gran calidad y no podemos asegurar que se trate de lo que ahora, no sin cierto peligro, voy a afirmar. Parece que en el muro oeste que cubría las espaldas del León Colosal, y servía de cierre con el nuevo camino que cruzaba el parque, vemos asomar otro par de alas. Podríamos estar de nuevo ante una pareja de animales de la misma especie coronando muros. En la imagen inferior rodeo con círculos rojos el águila que sabemos que existía (a la derecha) y el que creemos ver (círculo de la izquierda). De no ser las alas de un nuevo águila, no cabe duda de que estaríamos ante otro nuevo elemento pendiente de conocer. La enésima duda que nos genera el parque.
Fuentes:
Anuario Brigantino de 1999: "Los Hermanos García Naveira y sus fundaciones" de Santiago de la Fuente García
«EL PASATIEMPO» visto por Vega en 1947 de Juan Antonio Rodríguez Arnao
El libro "<<El Pasatiempo>> O capricho dun indiano" de Ignacio Cabano Vázquez, Mª Luz Pato Iglesias y Xosé Sousa Jiménez (pág. 57).
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