Corría el martes 30 de agosto de 2010 cuando en La Voz de Galicia se narra una reunión especial celebrada en el Pasatiempo dos días antes, el domingo 28. Aunque en dicho artículo no se apunta nada en esa dirección, parece tratarse del evento del que se nos habla en el libro "<<El Pasatiempo>> O capricho dun indiano". En sus páginas se nos dice que en 1910 don Juan conmemora en el parque el primer centenario de la Independencia de la República Argentina. Dicha efeméride tuvo lugar el 25 de mayo de 1810, habría tres meses de desfase entre ambos acontecimientos, quién sabe si se debe a la búsqueda del buen tiempo para celebrar una comida al aire libre, algo que la inesperada lluvia en agosto afeó por lo que nos dice la crónica. No es de extrañar que se pudiese obviar el detalle de celebrar la independencia del país sudamericano, no cuesta imaginar que para mucha gente esta sería una excentricidad e incluso una acción antipatriótica. Pero leamos y disfrutemos de un viaje en el tiempo.
DE SOCIEDAD
En la suntuosa posesión que su propietario el señor García Naveira (D. Juan) ha denominado modestamente “El Pasatiempo”, verificóse el domingo una fiesta encantadora, que hubiera sido más aún si la pícara lluvia que ese día cayó en toda Galicia con persistencia desesperante, no hubiese atenuado atractivos grandes que aquella posesión ofrece.
Un grupo de amigos invitados por los hermanos señores García Naveira, acudió en automóviles desde La Coruña a Betanzos, pese a lo desapacible del día, atraídos, tanto por el amable requerimiento de ambos señores, como por el deseo de conocer del natural una fiesta típica de las Pampas Argentinas, en la que era número esencial un asado al aire libre, al amor de la lumbre.
A una visita a la extensa y hermosa huerta que un tiempo, en su mayor parte fue antihigiénica marisma y hoy es delicioso paraíso, tras diez años de lucha constante con la tierra y tras enormes dispendios, sucedió el yantar espléndido.
Los comensales hicieron honor a los trozos de riquísimo asado á la americana, saturado de perfume. El doctor Thebusen hubiese felicitado calurosamente al distinguido cocinero–el propio señor García (don Jesús)–, que puso sus manos y sus cuidados sobre aquel costillar entero de ternera para presentarlo nadando en jugo y exhalando un tufillo delicioso. Y–coyunda simpática–con el manjar de América “casó” de ármonica manera aquel vinillo mariñán que es extracto de gloria pura.
No digamos nada del resto del menú. Fue sencillamente espléndido.
Luego, á la hora suprema, cuando en vez de hinchados brindis, hubo expresiones sinceras de profundidad con palabras sencillas y en versos fáciles, los comensales deleitándose oyendo de labios de los anfitriones páginas conmovedoras de su vida larga y fructífera para sí, para los suyos y para los ajenos.
El éxodo de ambos digno es de crónicas en las que su generosidad sugeriría largos elogios, pero en las que no sería el lado menos bello una intensas fraternidad que en los hermanos García Naveira no entibió un instante la mayor de las contrariedades sufridas.
Antes de las merienda, hiciéronse interesante grupos fotográficos en los mil y un parajes hermosos que la huerta encierra, fruto de la labor enorme y del probado buen gusto de D. Juan García Naveira.
Los concurrentes á la fiesta–entre los cuales nos hemos contado–retornaron á La Coruña al oscurecer, después de una visita al maginificiente Asilo y al estupendo Grupo Escolar que los señores García donan á su ciudad natal, trayendo consigo recuerdo muy agradable de una fiesta en la que ha predominado sobre todos los alicientes, con ser muchos, el de la honda simpatía que los dos patricios de Betanzos despiertan en quien les trata un instante.
Luego, á la hora suprema, cuando en vez de hinchados brindis, hubo expresiones sinceras de profundidad con palabras sencillas y en versos fáciles, los comensales deleitándose oyendo de labios de los anfitriones páginas conmovedoras de su vida larga y fructífera para sí, para los suyos y para los ajenos.
El éxodo de ambos digno es de crónicas en las que su generosidad sugeriría largos elogios, pero en las que no sería el lado menos bello una intensas fraternidad que en los hermanos García Naveira no entibió un instante la mayor de las contrariedades sufridas.
Antes de las merienda, hiciéronse interesante grupos fotográficos en los mil y un parajes hermosos que la huerta encierra, fruto de la labor enorme y del probado buen gusto de D. Juan García Naveira.
Los concurrentes á la fiesta–entre los cuales nos hemos contado–retornaron á La Coruña al oscurecer, después de una visita al maginificiente Asilo y al estupendo Grupo Escolar que los señores García donan á su ciudad natal, trayendo consigo recuerdo muy agradable de una fiesta en la que ha predominado sobre todos los alicientes, con ser muchos, el de la honda simpatía que los dos patricios de Betanzos despiertan en quien les trata un instante.
Hay un dato curioso, se recalca que: "A una visita a la extensa y hermosa huerta que un tiempo, en su mayor parte fue antihigiénica marisma y hoy es delicioso paraíso, tras diez años de lucha constante con la tierra y tras enormes dispendios". Encaja de 1900 a 1910 los esfuerzos por transformar el juncal en el parque del Pasatiempo, ¿qué habría de exacta en esa datación? ¿qué podríamos concluir con esta afirmación?
Acabo con un deseo, que alguien encuentre esos: "interesantes grupos fotográficos en los mil y un parajes hermosos que la huerta encierra". Seguro que conoceríamos muchos detalles nuevos e interesantes.
Paz y Pasatiempo.
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