jueves, 6 de agosto de 2015

El paraíso perdido del indiano (Carlos Fernández) El Progreso (13 diciembre 2013)


   El viernes 13 de diciembre de 2013, el diario lucense El Progreso, publica el artículo de Carlos Fernández, "El paraíso perdido del indiano". A continuación podemos ver las imágenes del periódico (gentileza del enamorado del Pasatiempo, Antonio Rodríguez Arnao), las subo a baja calidad para que veáis las fotografías (obra del propio auto del texto) y la maqueta del artículo, pero más abajo os dejo el texto transcrito para su correcta lectura. Como está lleno de curiosas meteduras de pata, las iré subrayando y aclarando entre paréntesis. El Progreso y su mala fama haciéndose valer. Sirva este artículo de muestra de que no sólo la Wikipedia da cabida a errores. Cualquier medio, por mucho que el papel parezca cubrir de verdad las mentiras, puede contener meteduras de pata garrafales.





El paraíso perdido del indiano
Betanzos es mucho más que la mejor tortilla de patatas y el globo de San Roque, como lo demuestra el Pasatiempo, un parque único.

ES NUESTRO PASATIEMPO

Construido a finales del siglo XIX (construido desde 1983 a los años 30 del siglo XX), este parque enciclopédico de Betanzos fue financiado por el indiano Juan García Naveira y estaba incluido en las guías Michelin.
Relegado al olvido durante décadas, el Pasatiempo de Betanzos es uno de los destinos más curiosos de Galicia. Construido a finales del siglo XIX por capricho de un emigrante retornado, llegó a figurar en las principales guías turísticas de principios del XX.
Tras amasar una gran fortuna en Buenos Aires, Juan García Naveira regresó a su Betanzos y, entre otras muchas obras, mandó construir un gran parque en el que se reflejaran los conocimientos y lugares del mundo. Así, paseando por el Pasatiempo, entre sus estatuas, grutas y monumentos se pueden ver numerosas alusiones al conocimiento, uno de los cometidos de este gran jardín.
Ubicado junto al río Mandeo
 (Mendo), en la actualidad solo se conserva apenas una pequeña parte de lo que fue un gran “parque enciclopédico” que quiso reunir en este espacio una gran parte de los conocimientos y lugares del planeta.
Animales y plantas de todas las latitudes del orbe, reproducciones de las estatuas más famosas del mundo, monumentos y construcciones célebres de todos los tiempos son algunos de los elementos que aún pueden contemplarse en este parque temático del siglo XIX, en el que —oculto entre sus estanques, esculturas y bajorrelieves— se pueden intuir numerosos guiños a jardines del siglo XIX.
En la actualidad, la entrada al parque debe hacerse a través de una pasarela de hierro que primero cruza el río Mandeo 
 (la pasarela no cruza río alguno, pasa sobre la Avenida Fraga Iribarne, eso sí). A medida que el viajero se va acercando al Pasatiempo comienza a contemplar un complejo jardín construido en varios niveles, en el que destacan numerosas fuentes, estanques y bajorrelieves. Todo el conjunto tiene el aspecto de los jardines decimonónicos, en los que numerosos elementos simbólicos se entremezclan con referencias a monumentos de latitudes y descripciones de viajes. Así, desfilan por los pasillos y paredes del parque referencias a la muralla china, la mezquita de Mohamed Alí o a la pirámide de Keops.
Otro de los grandes constructores que tiene su espacio destacado en el parque es Salomón, artífice del templo hebreo que lleva su nombre y elegido para reinar por el propio Dios.
Muy cerca de allí, en un nivel superior, se encuentra una reproducción de un monumento de sobra conocido: la Estatua de la Libertad 
 (confunde la estatua de la República con la de la Libertad, ambas son mujeres que sostienen una antorcha en sus manos derechas portando vestimentas clásicas, pero obviamente no se trata de la Estatua de la Libertad). La que se incluye en el Pasatiempo es de dimensiones sensiblemente menores  (esta apreciación es muy graciosa)que la que se encuentra junto a la ciudad de Nueva York.
Libertad, fraternidad... son algunas de las palabras que —a modo de mensajes escritos— se encuentran en el exterior del parque  (no se encuentran en el exterior del parque), en una clara alusión a los preceptos que la Revolución Francesa se encargó de inmortalizar. Asimismo, en diferentes estancias del Pasatiempo se encuentran palabras como rectitud trabajo y otras que el constructor quiso destacar como virtudes.
García Naveira no quiso olvidar algunas experiencias y recuerdos personales, que quedaron también plasmados en el parque. Así, por ejemplo, hay una alusión a un viaje a Egipto que realizó y una completa representación de todos los escudos de las provincias de Argentina, país donde amasó su fortuna.
Una representación de la “monarquía española y sus hijas republicanas” (en alusión a España y los países latinoamericanos), un conjunto de relojes con los husos horarios de diferentes partes del mundo, los descubrimientos de la época o la conquista del aire y de las profundidades del mar son otros motivos que se encuentran en el parque.

GRUTAS ARTIFICIALES. Los estudiosos del parque coinciden en señalar que las fuentes, los estanques, los guiños a los clásicos y algunos elementos hoy desaparecidos denotan la marcada influencia de la sociedad de la época en el mecenas de este particular parque temático. Y si hay una estancia que carga de misterio al Pasatiempo son sus grutas artificiales.
Dentro de las cuevas, que reproducen estalactitas, estalagmitas y algunos animales desparecidos, hay toscas escaleras que descienden a ninguna parte, ascienden a diferentes espacios del parque o simplemente iluminan con luz natural las diferentes estancias. Esta es la parte más misteriosa del parque sufragado por García Naveira y está relacionada con el mito del inframundo, que también se refleja en otros parques contemporáneos, como el de Bomarzo, en Italia, o la Quinta da Regaleira, en Portugal.
Recorriendo las diferentes estancias del Pasatiempo, el viajero no puede dejar de preguntarse quién fue y qué llevó indiano a construir ésta gran obra. Juan García Naveira regresé a su Betanzos natal cuando tenía 42 años 
 (nace en 1849 y retorna en 1893, tendría o 43 ó 44 años). Había hecho una gran fortuna en Buenos Aires y emprendió, junto a su hermano, numerosos proyectos sociales, como un asilo y escuelas en la localidad.
En 1893, y durante dos años (el parque no se construyó,obviamente, en dos años), financió el Pasatiempo, un parque en el que García Naveira creó un espacio de 90.000 metros cuadrados dedicado a las artes y las ciencias. Por aquel entonces, empleó a 200 trabajadores en una época de recesión y la recaudación por las entradas al parque financiaban el asilo que García Naveira también y había construido en la localidad.
En la década de 1920, el Pasatiempo se citaba en numerosas guías turísticas europeas como parada obligada de viajeros y peregrinos, incluso en la famosa Guía Michelin. Pero a partir de 1933, con la muerte de Juan García Naveira, comenzó el deterioro del parque enciclopédico de Betanzos. Con el estallido de la Guerra Civil fue utilizado como campo de tiro y de reclusión (existió un campo de prisioneros en Betanzos, estaba situado en la antigua fábrica de curtidos, pero no en el Pasatiempo).
Poco a poco, la maleza lo fue cubriendo hasta el punto de quedar casi totalmente oculto por la vegetación. Finalmente, fue parcialmente restaurado en 1986, aunque solo se conserva una pequeña parte de la grandeza del mismo.

EL PASATIEMPO PERDIDO. Antiguamente, cuando el Pasatiempo tuvo su máximo esplendor se entraba por la Avenida de los Emperadores, que tenía bustos en mármol de los mandatarios romanos, y la Fuente de las Cuatro Estaciones.
En esta zona, hoy desaparecida, existía el Estanque de los Papas, con una colección completa de estatuas de todos los pontífices, en la balaustrada que servía de perímetro, donde actualmente se encuentra el campo de fútbol de la ciudad.
La majestuosidad y la gran extensión que ocupaba originalmente el Pasatiempo, junto con los túneles mineros que existen en la localidad, hizo surgir la creencia de que los pasadizos del parque llegaban hasta la zona urbana de Betanzos, conectando diferentes calles y edificios importantes del casco urbano.
El Pasatiempo se encuentra en la calle Mariñas 23 
 (en esta ubicación está el Mesón O Pasatiempo, sin comentarios), en el vial que conduce a Santiago. Si bien el frente se encuentra sobre la carretera, para entrar es necesario subir a un puente que cruza el vial, que se encuentra en un parque anexo. Permanece abierto todos los días del año en horario ininterrumpido  (el horario no es interrumpido, por las noches, aplicando un mínimo de lógica, cierra), excepto los días 1 y 6 de enero, el 22 de mayo, los días 16, 18 y 25 de agosto y el 25 de diciembre.
Betanzos conserva parte de su pasado medieval, con construcciones religiosas de esta época. Una de sus plazas más céntricas está dedicada a los hermanos García Naveira, que cuentan con una estatua en su honor.




Intentemos leer siempre todo con un poco de punto crítico, tanto en lo relativo al Pasatiempo como a otros temas abundan las malas documentaciones (como es este caso). Con este blog se intenta justo lo contrario, poner algo de sentidiño y cordura a la información que hay sobre el Pasatiempo, buscando fuentes creíbles y contrastando todo lo que buenamente se pueda.

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